Los consultores se encuentran a menudo en una posición precaria. Se les contrata para que asesoren y orienten, pero no son empleados de las empresas para las que asesoran. Esto significa que pueden ser considerados responsables si algo sale mal. En este artículo, exploraremos algunas de las cosas que los consultores no deben hacer para evitar ir a la cárcel. También le daremos algunos consejos sobre cómo protegerse si es consultor.
¿Qué es un consultor?
Un consultor es una persona contratada para asesorar y orientar a una empresa, pero que no está empleada por ella. Las empresas suelen contratar a consultores para suplir las carencias de competencias en la organización o para trabajar en proyectos a corto plazo.
El papel de un consultor puede variar en función de la situación en la que trabaje, pero suele asesorar en estas cuatro áreas: estrategia, operaciones, finanzas y personal.
¿Cuál es la diferencia entre un consultor y un empleado?
Hay una serie de diferencias clave entre los consultores y los empleados.-Los consultores cobran por proyecto. Los empleados, en cambio, cobran un salario regular. Esto puede llevar a menudo a una situación en la que el empleado se siente presionado para realizar ciertas tareas en un plazo determinado.
Los consultores, en cambio, están incentivados para trabajar con la mayor eficacia posible y no tienen ninguna obligación a largo plazo con la organización.-Los consultores también tienen muy poca seguridad laboral. Esto puede ser bueno, ya que les da un incentivo para hacer su mejor trabajo, pero también puede llevar a una situación en la que el consultor entre en pánico cuando las cosas vayan mal. Los empleados, en cambio, suelen sentir que tienen mucho que perder si la empresa fracasa.
¿Qué no deben hacer los consultores?
Como hemos comentado anteriormente, hay una serie de acciones diferentes que los consultores no deben realizar. A continuación, analizaremos cada una de ellas con más detalle.
- No proporcionar asesoramiento legal – La consultoría no es una profesión regulada en Estados Unidos. Esto significa que cualquiera puede llamarse consultor. Esto es un problema porque puede llevar a situaciones en las que los consultores que no están cualificados para el trabajo están dando un mal asesoramiento legal. Los abogados tienen un cierto nivel de atención que deben cumplir y no está claro si los consultores tienen las mismas obligaciones. Esto significa que un consultor que no está cualificado para prestar asesoramiento jurídico puede acabar metiendo a su cliente en un gran problema.
- No dar asesoramiento financiero – El asesoramiento financiero está regulado por la Comisión de Valores y Bolsa (SEC). Esto significa que sólo los asesores financieros que están registrados en la SEC pueden proporcionar asesoramiento financiero. Esto se debe a que el asesoramiento financiero puede ser muy peligroso si no es preciso. Si un asesor financiero engaña a un cliente, puede ser considerado responsable. Si un asesor engaña a un cliente, no es responsable. Esto significa que el asesoramiento financiero debe ser dado sólo por asesores financieros registrados.
- No dar consejos médicos – Hablaremos de esto más adelante en la sección 3.3, pero en general los asesores no deben dar consejos médicos.
- No violar los acuerdos de confidencialidad – Los consultores suelen firmar acuerdos de confidencialidad cuando son contratados por una empresa. Esto significa que el consultor no puede hablar del trabajo que está haciendo para la empresa con nadie más que no forme parte del proyecto. Si el consultor viola el acuerdo de confidencialidad, la empresa puede emprender acciones legales contra él. Esto significa que el consultor tiene que gastar dinero en abogados y lidiar con la vergüenza pública de la situación.
No violar los acuerdos de confidencialidad
Como hemos comentado anteriormente, los acuerdos de confidencialidad son muy comunes en el mundo de la consultoría. Esto significa que el consultor no debe revelar ninguna información confidencial sobre el proyecto en el que está trabajando. Si lo hacen, pueden ser considerados responsables por la empresa.
Los acuerdos de confidencialidad suelen ser muy amplios. Pueden aplicarse a la información que el consultor conoce mientras trabaja en el proyecto. Esto puede incluir notas de reuniones, correos electrónicos e incluso cosas que el consultor escucha mientras trabaja en el proyecto.
¿Cómo pueden protegerse los consultores?
Hay una serie de cosas que los consultores pueden hacer para protegerse. Entre ellas, conseguir que todo esté por escrito, tener un conocimiento claro del proyecto y no sobrepasar los límites establecidos por la empresa.
- Conseguir que todo esté por escrito: esto es lo más importante que puede hacer un consultor cuando trabaja para una empresa. Todos los acuerdos entre el consultor y la empresa deben constar por escrito. Esto incluye el alcance del trabajo, la cantidad de dinero que se paga y las fechas del proyecto. La cantidad de dinero que se paga debe acordarse día a día. Esto significa que si la empresa decide terminar el contrato antes de tiempo, tendrá que pagar al consultor por el trabajo realizado.
- Tener un conocimiento claro del proyecto – Esta es una extensión del punto anterior. Cuanto más entienda el consultor el proyecto, menos probabilidades tendrá de meterse en problemas. El consultor debe hacer muchas preguntas y tener una idea clara de lo que se espera de él y del plazo previsto. Esto puede ayudar al consultor a evitar la situación en la que la empresa cambie repentinamente de opinión y haga responsable al consultor de cosas que no esperaba.
- No sobrepasar los límites establecidos por la empresa – La consultoría es un campo muy flexible. Esto significa que las empresas a menudo contratan a consultores para realizar tareas que no están muy bien definidas. Esto puede ser beneficioso para la empresa, pero puede ser peligroso para el consultor. Si un consultor realiza un trabajo que no está especificado en su contrato, puede ser considerado responsable de ese trabajo. A menudo, esto puede hacer que el consultor entre en pánico cuando la empresa cambia repentinamente de opinión y quiere que haga más. El consultor no debe sobrepasar los límites establecidos por la empresa y debe tener mucho cuidado de no hacer ningún trabajo que no esté en el contrato.
En última instancia, la mejor manera de protegerse como consultor es dejar todo por escrito. Esto significa tener un alcance claro del trabajo, tener un contrato firmado y obtener actualizaciones periódicas de la empresa. Si algo va mal, puedes remitirte a estos documentos para demostrar que no tienes la culpa.
Ser consultor es una buena forma de ganar dinero, pero debes asegurarte de no ir en contra de los intereses de la empresa. Si lo haces, podrías ser responsable de daños y perjuicios, una sanción económica o incluso acabar en la cárcel.