Un alumno rebelde es alguien que desafía a la autoridad, se niega a seguir las reglas y es disruptivo en clase. Si tienes un alumno rebelde en tu clase, probablemente te preguntes qué puedes hacer para ayudarle. La buena noticia es que hay una serie de estrategias que puedes utilizar para ayudar a los alumnos rebeldes. En este artículo, te daremos 10 estrategias que puedes utilizar para ayudar a los alumnos rebeldes. También le daremos algunos consejos sobre cómo aplicar estas estrategias en su aula.
Establecimiento de normas y consecuencias
Un paso clave para controlar a un alumno rebelde es establecer normas y consecuencias claras para el mal comportamiento. Los alumnos que saben lo que se espera de ellos, y cuáles serán las consecuencias si no cumplen esas expectativas, son menos propensos a portarse mal. Puede reunirse con sus alumnos antes de que comience el curso escolar para hablar de las normas que espera en su aula.
A lo largo del año, puede escribir estas normas y colocarlas en un lugar donde todos los alumnos puedan verlas. Cuando un alumno se comporta mal, puedes recordarle las consecuencias de ese comportamiento. Asegúrate de que las consecuencias son coherentes. Si un niño sabe que no habrá consecuencias por portarse mal, seguirá portándose mal. Asegúrate de que los padres conocen las consecuencias del mal comportamiento de sus hijos en tu clase.
Ser coherente
Como hemos mencionado anteriormente, la coherencia es un componente clave para ayudar a un alumno rebelde. Si los padres y los profesores son coherentes en sus expectativas y en las consecuencias del mal comportamiento, es menos probable que los alumnos se rebelen. Si tienes un alumno que siempre interrumpe la clase, puedes aplicar la técnica del «disco rayado«. Un disco rayado es cuando un profesor repite lo mismo una y otra vez. Si un alumno sigue portándose mal, puede aplicar un disco rayado haciendo lo siguiente:
1. Exponga sus expectativas y las normas de la situación.
2. Advertir al alumno.
3. Aplique una consecuencia.
Utilizar el refuerzo positivo
Otra estrategia que puede utilizar para ayudar a un alumno rebelde es el refuerzo positivo. En general, el refuerzo positivo es eficaz porque fomenta el buen comportamiento. Una forma de utilizar el refuerzo positivo en el aula es elogiar a los alumnos que se comportan adecuadamente. Si descubre a un alumno que se está comportando bien, hágale saber que aprecia sus esfuerzos.
Si es constante en sus esfuerzos por elogiar a los alumnos por su buen comportamiento, éstos seguirán comportándose adecuadamente. Antes de elogiar a los alumnos por su comportamiento, asegúrese de que es apropiado. Si un alumno se comporta mal constantemente, no conviene elogiarlo por hacer una cosa correctamente.
Ignorar los comportamientos menores
Algunos comportamientos menores no requieren ninguna atención. Si un alumno habla fuera de turno, puedes ignorar su mal comportamiento sin llamarle la atención. Déjelo pasar y continúe con la clase. Si ignoras un mal comportamiento, puedes hacer que el alumno se sienta frustrado, lo que puede llevar a comportamientos más graves. También puedes ignorar los comportamientos menores utilizando la técnica del «disco rayado». Cuando un alumno tiene un mal comportamiento menor, puede ignorarlo diciendo lo que espera del alumno, dándole una advertencia y continuando con su instrucción.
Cómo abordar el mal comportamiento con prontitud
Como profesor, tiene que marcar el tono de su clase. Si deja que el mal comportamiento no se controle, es menos probable que sus alumnos le tomen en serio. Si deja que un alumno interrumpa su clase, o lo ve actuar de forma inadecuada, aborde el mal comportamiento inmediatamente. Cuando un alumno interrumpe su clase, puede abordar el mal comportamiento haciendo lo siguiente
1. Describa el mal comportamiento.
2. Dé al alumno una advertencia diciéndole lo que tiene que hacer o lo que tiene que dejar de hacer.
3. Aplicar una consecuencia a la mala conducta, si es necesario.
Mantener el sentido del humor
El humor es una buena manera de calmar una situación tensa, sobre todo cuando se trata de lidiar con un alumno rebelde. Si un alumno interrumpe la clase o tiene otro comportamiento inadecuado, puede utilizar el humor para abordar la situación. Por ejemplo, puede decir: «¡Sabes, me estás poniendo de los nervios!». Hazle saber a tu alumno que estás tratando de aligerar el ambiente y que no estás enfadado con él. Si un alumno se muestra especialmente desafiante, puede hacer una pequeña pausa en la clase. Hazle saber que quieres que se calme antes de volver a la clase.
Cómo evitar las luchas de poder
Cuando te enfrentes a un alumno rebelde, no querrás entrar en una lucha de poder. Una lucha de poder se produce cuando dos personas discuten sobre quién tiene la autoridad para tomar una decisión. En el aula, tú quieres ser la persona que tiene la última palabra. Sin embargo, quieres evitar una lucha de poder con tus alumnos. Una lucha de poder se produce cuando un alumno no está de acuerdo con su decisión o dictamen y continúa desafiándolo. Si tiene un alumno que desafía continuamente su autoridad, puede probar estas estrategias:
1. Recuerde al alumno que usted tiene la autoridad para tomar la decisión.
2. Pregunte al alumno por qué cree que la decisión es incorrecta.
Sea consciente de los factores desencadenantes
Antes de empezar a trabajar con un alumno rebelde, debe intentar identificar los desencadenantes de su comportamiento. Los desencadenantes son acontecimientos o situaciones que provocan el mal comportamiento de los alumnos. Por ejemplo, un alumno puede comportarse mal cuando tiene hambre. Es importante reconocer los factores desencadenantes porque puede utilizar este conocimiento para ayudar a controlar el mal comportamiento de un alumno. Por ejemplo, si sabe que un alumno se comporta mal cuando tiene hambre, puede darle un bocadillo en un momento en el que sea menos probable que se comporte mal.
Modelar el comportamiento adecuado
Es más probable que los alumnos sigan las normas si ven que el profesor también las cumple. Si un alumno siempre interrumpe la clase o habla cuando no debe hacerlo, usted puede demostrar lo que espera de los alumnos siguiendo las mismas reglas. Haz saber a los alumnos que tú también sigues las normas para que sepan que te tomas en serio el hacerlas cumplir.
Buscar ayuda profesional
Por último, si todas estas estrategias fallan, puede considerar la posibilidad de buscar ayuda profesional de un psicólogo infantil. Un psicólogo puede ayudarte a entender por qué tus alumnos se portan mal y puede darte herramientas para ayudarte a lidiar con estos comportamientos.
Si su escuela tiene un EAP (Programa de Asistencia al Empleado), puede preguntar a su administrador escolar si el EAP puede recomendarle un psicólogo independiente que pueda ayudarle con el estudiante rebelde de su clase. También puede visitar un sitio web como Psychology Today y buscar psicólogos en su zona.