El trabajo es sin duda la parte más importante de nuestras vidas. Nos permite mantenernos a nosotros mismos y a nuestras familias, construir un futuro y vivir con dignidad. También es uno de los aspectos más difíciles de nuestras vidas. A menos que seamos ricos de forma independiente o tengamos la suerte de que nuestra familia nos mantenga, significa tener menos control sobre nuestro tiempo y nuestros horarios.
Para empeorar las cosas, en muchos casos los trabajadores tienen poca seguridad laboral, se enfrentan regularmente a un trato injusto o al favoritismo de los supervisores, y carecen de condiciones de trabajo respetuosas. Si trabajas para otra persona (u organización), hay formas de mantener un fuerte sentimiento de autoestima sin dejar de ser un empleado eficaz: Trata a tus compañeros de trabajo con respeto, exige un trato justo a tu supervisor y mantén la profesionalidad en todo momento.
Ser consciente de tu entorno
Si trabaja en un entorno en el que experimenta regularmente la discriminación, o ha notado un cambio en el trato a otros trabajadores, debe ser consciente de cualquier cambio en las circunstancias políticas o sociales que pueda estar provocando esto.
Por ejemplo, si se ha producido un aumento de la discriminación o de los perfiles raciales en su zona, eso puede tener un efecto en su lugar de trabajo. Si ves que tus supervisores tratan a otros trabajadores de forma injusta (quizás no les dan las mismas oportunidades, o hacen comentarios racistas o sexistas), debes comunicárselo a tu supervisor y hacerle saber que no lo tolerarás.
Del mismo modo, si ha habido un cambio en el tipo de clientes que atiende (o los tipos de clientes/personas con los que trata), o si nota que ya no puede hablar su idioma en el trabajo, puede ser una señal de que la organización está intentando «americanizarle». Esto puede ser una señal de que la organización está tratando de expulsarte de tu trabajo. Si crees que esto te está ocurriendo, debes hacer saber a tu supervisor que no te interesa que te obliguen a hacer nada que vaya en contra de tus valores.
Tener límites saludables
Tu supervisor trabaja para ti, y no al revés. Es importante que mantengas unos límites saludables entre tú y tu supervisor para que no te conviertas en un felpudo o en una víctima en el trabajo. Asegúrate de hacer saber a tu supervisor que, aunque sea tu jefe, no tiene derecho a faltarte al respeto ni a invadir tu intimidad.
Por ejemplo, es una buena práctica hacer saber a tu supervisor si hace comentarios racistas o sexistas en el trabajo. Si tu supervisor hace regularmente comentarios sobre tu raza, religión, género o preferencia sexual, hazle saber que eso te incomoda y que preferirías que no lo hiciera cerca de ti (ni de nadie en el trabajo).
Del mismo modo, si tu supervisor te pide con regularidad que realices tareas fuera de la descripción de tu trabajo (por ejemplo, te pide que hagas horas extras con regularidad), o invade tu privacidad o tu tiempo personal, debes hacerle saber que esto es inapropiado y pedirle que deje de hacerlo. Si tu supervisor sigue haciendo estas cosas después de que hayas hablado de tus límites con él, puede que tengas que denunciarlo a RRHH o al jefe de tu supervisor.
Recibir un salario y unas prestaciones adecuadas
Es importante que recibas un salario y unas prestaciones acordes con tu puesto y la cantidad de trabajo que realizas. Por ejemplo, si haces regularmente horas extras y tu supervisor no te compensa por este trabajo extra, hazle saber que esto es injusto. Del mismo modo, si haces el trabajo de dos o más personas y no recibes un ascenso, un aumento o horas adicionales, hazle saber a tu supervisor que deberías ser compensado por este trabajo extra.
También es importante que conozcas los beneficios que conlleva tu trabajo y cómo conseguirlos. Por ejemplo, si su organización ofrece un seguro médico, pero usted no está inscrito en este programa, se está perdiendo un beneficio importante. Del mismo modo, si tienes tiempo libre remunerado y no lo utilizas, estás defraudando a tu organización y a tus compañeros.
Exigir un trato justo e igualdad de oportunidades
Si crees que no te pagan lo suficiente, que no recibes beneficios comparables a los de otros trabajadores o que te tratan de forma injusta, debes hacer saber a tu supervisor que es injusto y que te gustaría que esto cambiara. Del mismo modo, si los supervisores muestran favoritismo hacia determinados trabajadores, pídeles que dejen de hacerlo. Si no cambian su comportamiento después de que hayas hablado con ellos, puede que tengas que denunciarlos al departamento de recursos humanos.
Si cree que su organización no ofrece igualdad de oportunidades a todas las personas, debe hacerles saber que le parece injusto y que le gustaría que se pusiera fin a este tipo de discriminación. Del mismo modo, si cree que su organización no ofrece oportunidades que están disponibles para otras personas, hágales saber que está interesado en esas oportunidades. Por ejemplo, si está interesado en obtener un ascenso, pero no hay ninguna vacante, haga saber a su supervisor que está interesado en asumir más responsabilidades.
Mantener el sentido de la autoestima
La autoestima es importante para el bienestar personal, la salud mental y las relaciones interpersonales. Cuando te sientes bien contigo mismo y con tus capacidades, es menos probable que seas víctima de sentimientos de depresión, ansiedad o estrés.
Del mismo modo, si siente que le tratan injustamente en el trabajo y le cuesta mantener su autoestima, es más probable que se deprima o estrese. Si cree que su supervisor le trata injustamente y que esto está afectando a su autoestima, debe hacerle saber que no le gusta que le traten así. Si no se produce un cambio, puede que tengas que hablar con el departamento de recursos humanos o con un superior de tu organización.
Del mismo modo, si crees que tu organización no te ofrece las mismas oportunidades que a otras personas, o que no recibes los mismos beneficios que otros trabajadores (por ejemplo, no tienes tiempo libre remunerado cuando estás enfermo como otros en tu puesto), debes hacer saber a tu supervisor y al departamento de recursos humanos que crees que esto es injusto. Puede que tengas que hacerlo repetidamente, pero si esto ocurre es porque no saben o no les importa que se produzca este tipo de discriminación.
El trabajo es una parte importante e inevitable de la vida. También es uno de los aspectos más difíciles de nuestras vidas, ya que nos priva del control sobre nuestro tiempo y nuestros horarios. Por suerte, también es uno de los pocos lugares en los que nos vemos obligados a interactuar con otras personas, y es importante mantener una relación sana con tus compañeros de trabajo, supervisores y jefes. Para ello, debemos ser respetuosos y profesionales en todo momento y asegurarnos de exigir que los demás nos traten con el mismo respeto.