Cuando piensa en una fábrica, la imagen que le viene a la cabeza es probablemente la de máquinas automatizadas, ascensores mecánicos, cintas transportadoras y otras cosas por el estilo. Y hay buenas razones para pensar así. Al fin y al cabo, en una fábrica hay trabajadores que realizan un trabajo manual y operarios que controlan el proceso de producción. Suena bastante lógico.
Si las fábricas fueran así de sencillas. La verdad es que las fábricas son entidades complejas que requieren habilidades especializadas de todos los asociados a ellas -desde sus gerentes hasta sus operadores y personal de mantenimiento- para que funcionen sin problemas.
Un trabajador no cualificado es alguien que tiene una formación limitada o nula en una vocación u oficio y no tiene los conocimientos o la experiencia necesarios para realizar tareas cualificadas en un puesto de trabajo de nivel inicial en cualquier sector industrial. En otras palabras, carecen de «aptitudes generales»: capacidad de lectura, escritura y cálculo; comprensión de la gramática básica; capacidad de resolución de problemas; así como capacidad de comunicación (hablar y escuchar).
¿Qué hacen los trabajadores no cualificados?
Las tareas que realizan los trabajadores no cualificados son, por definición, bastante sencillas. Básicamente, son «operadores»: realizan tareas básicas y siguen instrucciones sin tener que tomar decisiones ni hacer interpretaciones.
Los encontrará en sectores e industrias como:
- Agricultura, silvicultura y pesca
- Construcción
- Hostelería y restauración
- Industria manufacturera
- Minería
- Servicios públicos (gas, electricidad, agua y saneamiento)
- Asistencia sanitaria y social
- Arte y entretenimiento
- Comercio minorista
- Transporte y almacenamiento.
¿Por qué son tan importantes las competencias sociales?
Las habilidades sociales son las capacidades y comportamientos que permiten a una persona trabajar eficazmente con los demás. Son fundamentales para todo trabajador, ya sea manual o no, porque le permiten establecer confianza y relacionarse con sus compañeros y clientes. También le ayudan a reconocer y resolver problemas.
Las habilidades blandas pueden ser verbales o no verbales: incluyen la comunicación, la resolución de problemas y el don de gentes, la creatividad, el pensamiento crítico y la flexibilidad. Estas son las habilidades que hacen que una fuerza de trabajo sea productiva, eficiente y feliz.
Cuando se trata del sector manufacturero, las habilidades blandas son quizás aún más importantes debido al alto riesgo de lesiones y muertes del sector: permiten a los operarios romper las barreras y establecer comunicaciones entre ellos, con los supervisores y con otros miembros del equipo.
Las habilidades interpersonales también facilitan la formación de nuevos empleados o el traslado de los existentes de un puesto a otro.
¿Por qué sigue habiendo tantos trabajadores no cualificados?
Con todo lo dicho hasta ahora, cabe preguntarse: ¿por qué seguimos teniendo tantos trabajadores no cualificados? De hecho, es fácil entender por qué es así: las economías y sociedades en crecimiento requieren una mano de obra creciente.
Cuando el sector manufacturero crece, por ejemplo, se necesitan más trabajadores para producir los bienes y servicios que se demandan. Es igualmente importante darse cuenta de que el número de puestos de trabajo para trabajadores cualificados es limitado. Es una ecuación sencilla: sólo un número limitado de personas puede llegar a ser médico o ingeniero, por ejemplo.
Por tanto, a medida que aumenta el número de personas que se incorporan a la población activa, también crece el número de trabajadores no cualificados. De hecho, se calcula que el número de trabajadores no cualificados crecerá casi un 50% de aquí a 2030.También es importante señalar que no todos los trabajadores están motivados por el dinero. Algunos individuos tienen un auténtico deseo de servir a sus comunidades y al mundo. Esto es muy admirable, pero significa que todavía tienen que desarrollar sus habilidades blandas.
El problema de las habilidades blandas en el sector manufacturero
El sector manufacturero emplea a más de 400 millones de trabajadores en todo el mundo y es un motor clave del crecimiento económico. Por eso es tan importante garantizar que todos los trabajadores no sólo estén cualificados, sino que también tengan las habilidades blandas adecuadas para facilitar su colaboración.
Por desgracia, todavía hay demasiados trabajadores no cualificados en el sector manufacturero. Esto significa que, aunque los trabajadores tengan las habilidades necesarias para realizar su trabajo, siguen creando obstáculos para sí mismos y para los demás que afectan a la productividad y aumentan los costes.
Puede ser el supervisor que no sabe cómo inspirar a los miembros de su equipo y establecer una relación positiva con ellos. Puede ser un operario que no escucha atentamente las instrucciones y crea condiciones de trabajo inseguras para sí mismo y para los demás. Puede ser un representante del servicio de atención al cliente que no sabe resolver los problemas con eficacia y deja al cliente frustrado, incluso enfadado.
El sector de la fabricación consiste en producir bienes. Pero también se trata de producir personas y de crear una plantilla que pueda trabajar conjuntamente e inspirar confianza a los clientes. Para ello, es fundamental que todos los trabajadores -cualificados y no cualificados- cuenten con las habilidades sociales adecuadas. Esto ayudará a todos a sacar el máximo provecho de su trabajo, a compartir la información con más facilidad y a evitar accidentes y errores costosos.