Las obras, los camiones y la maquinaria son señales de que se están construyendo nuevas viviendas. También son señales de ruido, polvo, suciedad y molestias para los vecinos. Este es el tipo de proyecto que requiere una estrecha coordinación entre los constructores, el gobierno local y la comunidad.
Y sin embargo, las obras de construcción siguen siendo un problema para las ciudades de todo el mundo. Se sabe que estas necesarias molestias cierran calles indefinidamente, perturban la paz en los hogares o incluso suponen un peligro para los peatones.
La gestión de las obras implica una serie de controles que minimizan este tipo de impactos tanto para los vecinos como para los trabajadores. Esto no sólo le ayudará a terminar su proyecto más rápidamente y con menos molestias, sino que también aumentará las normas de seguridad entre todas las partes implicadas en el proyecto: contratistas, arquitectos, ingenieros y todos los demás miembros del equipo.
¿Qué es una obra?
Una obra es el lugar donde se realiza un proyecto de construcción. Los términos «obra» u «obra» también pueden referirse a esto. En el ámbito de la arquitectura, una obra es el lugar donde se está construyendo un nuevo edificio.
Las obras pueden ser edificios en construcción o remodelación, obras de ingeniería civil como carreteras o puentes, o proyectos de infraestructura como centrales eléctricas y obras hidráulicas.
Hay muchos tipos diferentes de proyectos de construcción que pueden crear una obra. Los edificios u otras estructuras que se están construyendo desde cero, los edificios que se están renovando, reutilizando o demoliendo y los proyectos de ingeniería civil como puentes, carreteras y presas son todos ejemplos de obras de construcción.
¿Por qué es importante la gestión de obras?
Es importante gestionar las obras porque generan ruido, polvo y suciedad. Todos estos elementos afectan a las comunidades. El ruido puede molestar a los vecinos por ser demasiado fuerte, el polvo puede crear condiciones insalubres y la suciedad puede ser un peligro para la salud pública.
Las empresas que participan en estos proyectos también se ven afectadas. Los trabajadores corren el riesgo de caerse de estructuras inestables o estar en el camino de equipos de construcción en movimiento si no se toman las precauciones adecuadas. También pueden estar expuestos a altos niveles de polvo y suciedad que podrían provocar riesgos para la salud más adelante.
Dado que las obras pueden afectar a todo el mundo, casi siempre se exige por ley que los responsables del proyecto sean conscientes de su impacto en el barrio. Si una obra no se gestiona con cuidado, podría crear un entorno inseguro para los trabajadores y un ambiente insalubre para los residentes cercanos.
3 pasos para gestionar mejor tu obra
Los tres pasos siguientes le ayudarán a gestionar mejor su obra para conseguir la máxima eficacia y las mínimas molestias:
- En primer lugar, identifique a las partes interesadas: debe saber quién puede verse afectado por el proyecto. Esto incluye a los vecinos, los peatones, las empresas cercanas e incluso los trabajadores de servicios públicos que deben acceder a la obra con regularidad. Asegúrese de que están al tanto del proyecto y de que tienen una forma de ponerse en contacto con usted si tienen preguntas o preocupaciones.
- En segundo lugar, realice un estudio sobre el ruido y las vibraciones: una vez que sepa quiénes pueden verse afectados por el proyecto, debe averiguar en qué medida les afectará. Un estudio sobre el ruido y las vibraciones le dirá precisamente eso. Un estudio sobre el ruido utiliza sonómetros para determinar el nivel de ruido del proyecto. Los medidores de vibración utilizan sensores para medir la cantidad de vibración que se sentirá en los edificios cercanos.
- Por último, tenga un plan para responder a las preocupaciones: una vez que tenga los datos de su estudio sobre el ruido y las vibraciones, podrá hacer ajustes en su proyecto para minimizar las molestias. Si la gente de la zona tiene preguntas o preocupaciones, debe tener un plan para responder a ellas lo antes posible.
Construcción de una valla y una puerta
La construcción de una valla y una puerta para su obra es un primer gran paso hacia una mejor gestión de la obra. Una valla ayudará a mantener a los peatones alejados de la obra, reduciendo tanto el ruido como el riesgo de lesiones. Una valla también puede evitar que los animales entren en la obra y esparzan tierra u otros materiales por el vecindario.
Una valla puede ser tan sencilla como colgar una cuerda entre dos postes o tan adornada como un muro de ladrillos. Sea cual sea el estilo que elija, asegúrese de que está lo suficientemente bien construida como para mantener a los residentes y a los animales fuera de la obra y lo suficientemente alta como para que los trabajadores no puedan ver por encima de ella.
Las vallas también son un buen complemento para la puerta de acceso al recinto. La puerta debe ser tan robusta como la valla, para mantener a la gente fuera y permitir a los trabajadores pasar fácilmente.
Establecer una zona prohibida
Una zona prohibida puede ayudarle a evitar que los materiales y equipos de construcción se dispersen por la obra y acaben en el camino de los peatones o los vehículos. El mejor método para crear una zona prohibida es utilizar cinta adhesiva de colores brillantes para delimitar el área.
Una vez que tenga una zona prohibida, puede hacerla cumplir mediante la emisión de citaciones a las personas que la infrinjan. Es posible que incluso aumente la seguridad, ya que es menos probable que la gente entre en una zona que está claramente marcada como prohibida.
Si ves a gente entrando en tu zona prohibida, intenta hablar con ellos. Lo más probable es que no sepan que la zona está prohibida. Explícales por qué los materiales y el equipo están allí y pídeles que se mantengan alejados. Si se niegan a abandonar la zona después de que se lo pidas, puedes expedirles una citación.
Las obras de construcción pueden ser una molestia para los residentes cercanos. Pueden emitir polvo, suciedad y ruido en el aire y las calles. También pueden ser peligrosas para los trabajadores.
La gestión de una obra de construcción implica tener un plan sobre cómo se va a tratar el ruido, el polvo y la suciedad que genera y mantener a la gente fuera de la zona hasta que el proyecto esté terminado.