Un consultor y un asesor tienen funciones similares, pero con responsabilidades diferentes. Ambos son asesores de confianza, pero para personas diferentes. Un asesor es un consejero de confianza para la junta directiva o los altos ejecutivos, mientras que un consultor es un consejero de confianza para la organización en su conjunto.
Tanto los consultores como los asesores suelen ofrecer asesoramiento estratégico sobre las operaciones empresariales. Mientras que un asesor tiene un interés personal en el éxito de la empresa y sus ejecutivos, lo que a menudo le limita a ofrecer consejos basados únicamente en sus propios intereses. Un consultor no tiene intereses creados en la empresa ni en sus ejecutivos, por lo que puede ofrecer asesoramiento basado exclusivamente en lo que es mejor para la empresa en general.
Asesores
Un asesor es alguien que proporciona asesoramiento estratégico al consejo de administración o a los ejecutivos de la empresa. No participan activamente en la gestión de la organización, sólo ofrecen asesoramiento.
Un asesor suele tener un interés personal en el éxito de la empresa, lo que significa que probablemente no ofrecerá consejos que vayan en contra de sus propios intereses. Por ejemplo, si una empresa quiere comprar otra, pero el asesor no quiere que la empresa la compre, es poco probable que ofrezca su opinión sobre ese tema.
Un asesor suele tener una relación a largo plazo con la empresa, por lo que su consejo puede tener un sesgo a corto plazo. Por ejemplo, el asesor puede querer que la empresa quede bien para su próxima ronda de financiación.
Diferencias en las funciones y responsabilidades
Un asesor es un consejero de confianza del consejo de administración o de los altos ejecutivos de una organización, mientras que un consultor es un consejero de confianza de la organización en su conjunto.
El trabajo de un consultor se centra en mejorar el rendimiento empresarial, mientras que el de un asesor se centra en mejorar las relaciones.
El trabajo de un consultor se centra en gran medida en la organización en su conjunto, mientras que el trabajo de un asesor se centra en un área de la organización, como el consejo de administración, el equipo ejecutivo o RRHH. Un asesor tiene un interés personal en el éxito de la empresa, lo que significa que probablemente no ofrecerá consejos que vayan en contra de sus propios intereses. Por ejemplo, si una empresa quiere comprar otra, pero el asesor no quiere que la empresa la compre, es poco probable que ofrezca su opinión sobre ese tema.
Un consultor no tiene intereses creados en la empresa ni en sus ejecutivos, por lo que puede ofrecer consejos basados únicamente en lo que es mejor para la empresa en su conjunto.
Fusiones y adquisiciones
Cuando una empresa se plantea la posibilidad de comprar otra, es probable que los ejecutivos de la empresa objetivo sean contactados por asesores. Estos asesores suelen trabajar para bancos de inversión, fondos de capital privado y bufetes de abogados.
En este momento, los ejecutivos de la empresa objetivo también pueden considerar la posibilidad de contratar a un consultor para que les ayude a negociar la operación.
El asesoramiento de un consultor se basa en lo que es mejor para la empresa objetivo. Esto no significa que automáticamente aconsejen en contra de la operación. Por el contrario, aportan una perspectiva neutral al acuerdo y ayudan a la empresa objetivo a negociar el mejor acuerdo posible.
Cómo encontrar el consultor adecuado para su empresa
La mejor manera de encontrar el consultor adecuado para su empresa es crear una RFP (Request For Proposal).Una RFP es un documento en el que se enumeran las preguntas a las que se quiere dar respuesta y los resultados que se esperan del consultor.
Lo que se pretende es facilitar al consultor la comprensión de sus necesidades y mostrarle lo que puede ofrecer. Esto también le ayudará a evitar los errores más comunes, como seleccionar la oferta más baja o contratar a alguien que no necesita realmente.
Un asesor es un consejero de confianza del consejo de administración o de los ejecutivos, mientras que un consultor es un consejero de confianza de la organización en su conjunto. Ambos son asesores de confianza, pero para personas diferentes.
Un asesor tiene un interés personal en el éxito de la empresa, lo que significa que probablemente no ofrecerá consejos que vayan en contra de sus propios intereses. Un consultor no tiene intereses creados en la empresa ni en sus ejecutivos, por lo que puede ofrecer consejos basados únicamente en lo que es mejor para la empresa en su conjunto.
Tanto un asesor como un consultor proporcionan asesoramiento estratégico, pero a personas diferentes. Tienen funciones similares, pero responsabilidades diferentes.